Apenas dos años ha necesitado Luis Arévalo para colocar su Nikkei 225 entre lo más granado de la gastronomía madrileña. Un tipo que llegó a esto de la cocina casi de casualidad y que, tras formarse como sushiman en los dos restaurantes japoneses más importantes de la capital, Kabuki y 99 Sushi Bar, decide emprender su propio camino para dar rienda suelta a su creatividad.
Una creatividad que el chef expresa a través de la fusión de la intensidad y racialidad de su Perú natal con la sutileza y la depurada técnica nipona. Y ésto se traduce en una inteligente y estudiada mezcla de sabores umami, ácidos, picantes, frescos…
Una cocina auténtica, una propuesta diferente, única, en una ciudad necesitada de soplos de aire fresco como éste, que cada vez van configurando un panorama gastronómico más interesante. Madrid se mueve y Nikkei es un gran artífice de ello.
Espectacular puesta en escena del restaurante. La sala se encuentra dividida en diferentes espacios, entre los cuales destaca el de la entrada y, para más inri, esa barra donde oficia Luis. Ver a ese equipo de cocina cortando pescado, haciendo sushi, elaborando ceviches, rematando platos… es un auténtico espectáculo digno de disfrutar. Decoración muy cuidada, obra del interiorista García de la Vinuesa, que bien podría corresponder a un restaurante de moda neoyorkino.
Y en un sitio así lo que toca es sentarse y disfrutar, que te den de comer; olvidarse de la carta y tirar bien por el menú degustación prefijado o bien por que te confeccionen uno a medida con lo mejor del día.
Buena carta de vinos, con una inteligente selección de champagnes y una destacable selección de riesling alemanes a precios correctos. En este caso nos decantamos por un Donhoff Kabinet 2010 que combina muy bien con este tipo de comida.
APERITIVO. CHIPS DE PLÁTANO MACHO CON MAYONESA DE AJÍ AMARILLO. Empieza el menú fuerte, con una mayonesa de ají amarillo que incitaba a la gula. Buen comienzo.
RAVIOLI DE AJÍ DE GALLINA CON AJOBLANCO. Un aperitivo que sería un excelente plato principal. Ravioli con un relleno con mucho punch y una salsa de ajoblanco que redondea el plato.
TIRADITO DE VIEIRAS EN SALSA “BLOODY MARY” Y OSTRAS CON SALSA “TOZAZU”. Un Bloody Mary bastante rebajado hace las veces de aliño de un tiradito de vieiras donde el producto es pura mantequilla. En el caso de las ostras, la salsa tozazu aporta matices picantes y ácidos al bivalvo, dando lugar a un bocado ligero y refrescante.
GYOZAS DE LANGOSTINOS CON SALSA DE MANDARINA Y KOROKKE CON CANGREJO REAL. Delicada gyoza, con una masa muy fina (qué difícil es encontrarlas así), un relleno sabroso y una salsa muy acertada. A veces ésto que parece tan simple, se complica tanto… Quizá el Korokke resultara uno de los platos menos convincentes de este menú de altos kilates.
CHUPE DE GAMBA ROJA. Uno de los puntos álgidos del menú. Luis consigue fusionar el perú más clásico con la esencia mediterránea de la gamba y los toques thai del curry. El resultado: una sopa que sería mi cena ideal todos los días del invierno.
USUZUKURI DE TORO CON PERLAS DE ACEITE Y PICADA DE TOMATE. Magnífico producto, cortado con maestría (todos estos cortes los realiza Luis en exclusiva) y servido con el mínimo aderezo. Otro muy buen plato.
CEVICHE DE ERIZO CON CALAMAR, MANZANA Y LECHE DE TIGRE DE MANDARINA. Uno de los platos del menú. La potencia del erizo se complementa con una leche de tigre elaborada con mandarina, mucho más sutil y con ese punto dulce, que no enmascara el sabor del ingrediente principal. Genial.
CANGREJO REAL A LA PLANCHA CON VINAGRETA DE AJÍ, MISO Y AJÍ PANCA. En este plato lo que marca la diferencia es esa vinagreta de ajíes. El cangrejo aporta nobleza al plato, pero cualquier otro marisco o pescado hubiera funcionado igual de bien con tamaño aliño. Bestial.
SASHIMI DE COLA DE BOGAVANTE CON PIMIENTO CHINO Y VINAGRETA DE SU CORAL CON LIMA. Producto de gran calidad, tratado mínimamente, y servido con una salsa-sopa de su cabeza acidulada con el cítrico totalmente adictiva y que ponía el contrapunto perfecto al crustáceo.
NIGIRIS: ENTRAÑA DE WAGYU CON HUEVO DE CODORNIZ Y PATATAS FRITAS (muy bueno, carne de muchos quilates y acertado acompañamiento), PEZ MANTEQUILLA CON ADOBO DE ANTICUCHO (arriesgada combinación que sale plenamente victoriosa), GUNCAN DE ANCHOA, CHUTNEY DE TOMATE, AGUACATE Y CORCANTE DE TEMPURA (a pesar de la presumible potencia de la anchoa, resulta un bocado delicado y equilibrado), GUNCAN DE TARTAR DE VIEIRA (el que menos me convenció de los tres) y FOIE CON MIEL Y FRAMBUESA LIOFILIZADA (brutal, sin palabras).
TIRA DE ASADO DE WAGYU A BAJA TEMPERATURA GLASEADO CON CHICHA MORADA. Corte de costilla de Wagyu cocinado a baja temperatura 36 horas que se macera y glasea con “chicha morada” (bebida típica de Perú elaborada a partir de agua aromatizada con maíz morado, piña, canela…), un muy buen contrapunto a la potencia de la carne. Como se aprecia en la segunda fotografía, la textura es casi fundente, pura melosidad. Aquí el sous-vide aporta, y mucho. Magnífico cierre a la parte salada del menú.
SUSPIRO LIMEÑO. Tremendo postre. Gran broche final a un magnífico menú. Normalmente en este tipo de restaurantes el apartado dulce se descuida un poco, pero en este caso sorprende con un postre goloso y con raíces, un gran cierre.
Un menú de mucho nivel, una cocina de altos vuelos y una sala en consonancia hacen de Nikkei 225 una de las propuestas más atractivas de Madrid.
No lo duden y vayan. El disfrute está más que asegurado.
NIKKEI 225
Paseo de la Castellana, 15
28046 Madrid
Telf: +34 91 319 03 90
Web: http://nikkei225.es