Sábado, diez de la noche. Tras un fugaz vistazo a la carta expuesta en la fachada, entramos por la puerta y nos recibe Diego con una sonrisa de oreja a oreja. No tardan en aparecer Rubén y José Carlos para hacer lo propio. Tras una breve charla nos disponemos a subir las escaleras. Sí, las escaleras, porque nos disponemos a conocer el nuevo comedor que han montado en la planta de arriba. Abajo, han ampliado la zona de entrada y dejado un comedor más reducido. El espacio de la planta superior es magnífico: sin dejar de lado la estética vintage de mantelería y sillas, han optado por darle un punto de modernidad con paredes de vinilo rojo y gris. Pero si hay algo que caracteriza a este comedor es la luz, pena ser de noche y no poder apreciar toda su luminosidad, pero ha de ser un espectáculo.

José Carlos nos ofrece la carta, le comentamos que queremos tomar el menú degustación y que de los vinos se encargue él. Siempre lo hemos hecho así y siempre ha acertado, carece de sentido cambiar: Manzanilla de La Bota nº 16, Champagne José Michel et Fils Brut Tradition, Dr. Loosen “R” 2010, Lar de Paula Reserva 2005 y Malus Mama.

Diego nos acompaña durante toda la velada, explicando platos, conceptos, charlando sobre gastronomía… En una palabra: ilustrándonos. Por mi ignorancia, desconozco si será el mejor maître de la piel de toro, pero desde luego que es el más singular. Un tipo único.

Son más de quince veces las que habré estado en El Bohío en los últimos diez años y doy fe que ésta ha sido la mejor comida de todas. La cocina de Pepe está en un estado de forma espectacular. Platos con mucha base, trabajo, reflexión, completamente redondos. Un menú degustación de diez servicios con muchos platos de sobresaliente y, para mí lo más importante, ninguno bajando del notable alto. Algo extremadamente difícil de conseguir hoy en día.

Mención aparte merece el equipo de sala, donde Rubén brilla cada vez con más luz propia, y que te hace sentir como en casa.

He aquí el festival…

APERITIVOS.

BOCADILLO DE ASADILLO Y LOMO DE ORZA. Acompañado de una copa de sangría. Sencillo pero brutal.

CHAMPAGNE JOSÉ MICHEL & FILS BRUT TRADITION. Predominio de Pinot Meunier con algo de Chardonnay.

ESCABECHE DE PERDIZ. Empiezan los fuegos artificiales. Uno de los platos del año.

ESPARDEÑAS, HUEVAS Y UNA SOPA DE CENTOLLO AL CUARTO DE HORA. El plato sin servir la sopa.

Y con el caldo… Puro mar. Pocos cocineros dominan los caldos como Pepe.

PATATAS, SARDINAS Y YEMA BATIDA. Sencillez aparente, contraste de sabores. Platazo.

PISTO MANCHEGO. Una nueva versión, igual de buena que todas las anteriores. La pasión de Pepe por los platos tradicionales manchegos se hace patente en esta preparación y las siguientes.

GALLETA DE PICHÓN Y MORTERUELO. Otro platazo. Esa galleta de pichón es gula pura.

GAZPACHOS DE CONEJO. Revisión del clásico popular. El campo en estado puro.

SALCHICHA DE AVE CON UN CALDO RANCIO. Un plato nuevo, ejercimos de conejillos de indias. Buenísima la salchicha y adictivo el caldo.

PRESA DE IBÉRICO CON UN ASADILLO ESPECIADO. El dominio de Pepe de este producto es de sobra conocido, y el punto de la carne es, sencillamente, perfecto.

MALUS MAMA. La sidra de postre con la que nos obsequió José Carlos. Una joya… acidez y dulzor. Interesantísima.

CÍTRICOS, PERLAS DE LIMA Y TÉ VERDE. Postre refrescante y ligero para limpiar el paladar, muy bueno.

MANZANA, LECHE Y REGALIZ. Perfecto punto y final de fiesta.

PETIT FOURS. Gominola de naranja, macarón de café, trufa, marshmallow y madeleine.

Tras tamaño homenaje acabamos tomando unas (cuantas) copas con Diego, hablando hasta las tantas de lo humano y lo divino… Un placer.

Como siempre, pero como nunca (antes).

EL BOHÍO

Avenida de Castilla-La Mancha, 81  

45200 Illescas (Toledo)

Telf: +34 925 51 11 26